Muchach@s:
Saludamos vuestra participación de hoy día. Son (somos) pocos, pero son (somos). Los resultados dicen que hemos ganado en Basketbol varones y Futsal damas. Ligeros tropiezos en Voley ( damas y varones) , Basketbol damas y Fútbol... son simplemente esas batallas que se pierden , pero no las guerras.
Recordemos que llevan (llevamos) la "histórica celeste". Esta mañana comentaban los docentes que la camiseta tradicional de Biología era la "celeste tipo Uruguay". Y Uruguay es garra ...
Fuente: http://www.eldefinido.cl/actualidad/plazapublica/5136/El-mito-de-la-garra-charrua-y-lo-que-las-organizaciones-pueden-aprender-de-el/
La garra es uno de esos conceptos
eclécticos que el fútbol es siempre generoso en ofrecernos. Pero, ¿qué
es la garra charrúa? ¿De dónde viene? ¿Existe o es simplemente un
mito sospechoso de nuestros vecinos del Atlántico? Ofrecer una
definición conceptual a esta idea -que suele asociarse a todas las selecciones
y equipos de fútbol que vienen de la República Oriental del Uruguay
(curiosamente no hay ninguna en el Occidente)- es bastante difícil, pero
haremos el intento.
¿Qué es la garra charrúa?
Es una forma bastante especial de vivir el fútbol
que demanda vivirlo con intensidad, desde la pasión, el drama, la
crisis del último minuto: no hay partido de la celeste que sus
hinchas no sufran hasta el borde del colapso físico y emocional (si no
me cree, vea el final de los Cuartos del
mundial de 2010). Pero revisemos algunos casos históricos para
ejemplificarla.
Posiblemente la primera expresión de esta garra
viene del 16 de julio de 1950, aquel día memorable en el imaginario colectivo
uruguayo: la final de la Copa del Mundo en el Maracaná. Uruguay contra
11 jugadores brasileños y 172.000 hinchas cariocas en las galerías.Parecía una
misión imposible. La leyenda cuenta que el técnico mismo de Uruguay les había
pedido a sus dirigidos no hacer el ridículo y perder con dignidad. El capitán
uruguayo, Obdulio Varela, le hizo caso omiso a su técnico e instó a sus
jugadores a no esperar a Brasil. Ahí tenemos una primera pista de lo
que podría ser esta famosa garra:convicción en lo imposible. Uruguay
dio vuelta el partido que perdía inicialmente y, con un gol del delantero
Alcides Ghiggia, terminó ganando la Copa del Mundo 1-2 en medio de un estadio
en shock.
En otra fecha memorable durante la Copa del
Mundo de Corea y Japón en 2002, Uruguay perdía 3-0 frente a la debutante
selección senegalesa. El baile no podía haber sido más entusiasta y colorido.
Los uruguayos corrían de allá para acá, mientras que los africanos gozaban de
acá para allá. Tres goles en 45 minutos en contra de los sudamericanos, que
parecían una penosa mofa a la historia de la selección celeste. Pero al
finalizar el entretiempo algo sucedió, algo mágico, casi sobrenatural: dos
senegaleses comenzaron a juguetear con el balón en frente de todo el estadio
dando toquecitos de hombro y pecho. A los tres goles en contra se
sumaban ahora las burlas de una nación debutante en un mundial. Los
uruguayos, siempre atentos a estas señales del destino, corrieron a increpar a
sus rivales. El escenario estaba preparado para un nuevo día histórico: en el
segundo tiempo, los uruguayos empataban el partido 3-3 ante el asombro del
mundo entero, y de no ser por la impericia de Morales, que perdió un gol
increíble en el último minuto, habrían hecho historia una vez más. Esa dermis
suave a la humillación parece ser otra característica de la garra
charrúa.
En 1966, RiverPlate y Peñarol
disputaban la final de la Copa libertadores en Santiago de
Chile, cuando el portero de River, Amadeo Carrizo, paró una pelota
de pecho ya legendaria, para el gozo de su público y mientras River ganaba
2-0. ¿El resultado? Bueno, los uruguayos dieron vuelta el resultado, ganaron
4-2 y se coronaron campeones de América. Al menos eso es lo que dice la
leyenda, alimentada también en parte por la prensa del momento.
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